martes, 17 de abril de 2018

Comprensión lectora 5

LECTURA 5

Lee con atención el texto y responde a las preguntas.

Mi trabajo a bordo de la Santa María era muy fácil, pero uno de los más  importantes: ¡yo medía el tiempo! Claro, yo no, sino el reloj de arena.

Exactamente cada treinta minutos, cuando había caído el último grano de  arena, daba la vuelta al reloj, para vaciar de nuevo la ampolleta llena sobre  la vacía. Luego corría una cuenta del ábaco.

El resto de mi trabajo consistía en transmitir algunas órdenes directas de  Cristóbal Colón a los tripulantes. Por las noches me reemplazaba Benjamín Pedroche, un viejo marinero paleño 1 , de barba y cejas canosas, bueno como un pan bendito.

Nuestro capitán decía que medir el tiempo, en un viaje tan largo, con el riesgo de navegar por mares desconocidos y los nervios siempre a flor de piel,  era de suma importancia.

Yo vivía encantado con mi trabajo, porque además me daba oportunidad para  estar siempre muy cerca de Cristóbal Colón, tal como él lo había prometido a mis hermanos cuando me pidió que yo fuese su grumete en la nave capitana.

Con los días empecé a comprender las razones de su inquebrantable fe, depositada en nuestra colosal aventura.

Estábamos en la isla de La Gomera. Colón se las ingenió para localizar a los  viejos marineros del puerto y, como un niño que preguntara por un juguete  perdido, iba, uno tras otro, recabando información sobre ultramar.

Ante mi sorpresa, muchos le informaban, bajo juramento, tener las más claras sospechas de que, más allá de los límites conocidos, había tierra firme.

Preguntaba nombres, fechas, indicios, anécdotas, con ojos y oídos muy  abiertos, y los anotaba.
Luego volvíamos a la torre de mando, abría un viejo arcón y sacaba mapas   estampados en cuero de badana2y viejos pergaminos. Lanzaba maldiciones, hacía cálculos y decía, atropelladamente, unas extrañas palabras en latín.

Después se quedaba en silencio, sonreía y murmuraba cosas ininteligibles.
—¿Estabais rezando, capitán?
—En este momento, no —me respondía.
—Entonces, ¿qué decíais?
—Ubicaba puntos geográficos, nombres de sabios, sus escritos... ¡Vengo  preparando este viaje durante toda mi vida!
Carlos Villanes, La otra orilla. Anaya. (Texto adaptado)
1 paleño: que procede de Palos de la Frontera;
2 cuero de badana: piel curtida de carnero u  oveja.
Comenta la lectura

1  ¿Qué cargo desempeñaba el protagonista de la lectura en el barco?
2  ¿Qué debía hacer para medir el tiempo?
3  ¿Qué otra tarea tenía?
4  ¿Quién era el capitán del barco? ¿Qué les había prometido a los hermanos del protagonista?
5 ¿Cómo era la fe que el capitán tenía en la aventura: indiferente, tenaz o  inconstante?
6  ¿Qué hacía el capitán para obtener información sobre ultramar?
7  ¿Qué pensaba el protagonista cuando oía murmurar al capitán?


Descubre su estructura

8  Divide el texto en dos partes, indica la idea principal de cada una de ellas  y determina qué párrafos les corresponden.


Trabaja con las palabras

9  Busca en el diccionario la palabra  cuenta y copia la acepción que tiene en  el segundo párrafo de la lectura. Después, escribe tres oraciones en las  que  cuenta
tenga diferentes significados.
10  Fíjate en la expresión de la lectura «con los nervios a flor de piel» y  relaciona esta y otras expresiones que contienen la palabra  flor con sus  significados:
Tener los nervios a flor de piel.            Pertenecer a lo más selecto.
Ser la flor y nata.                                     Tener una existencia efímera.
Ser flor de un día.                                    Ser joven.
Estar en la flor de la vida.                     Estar muy intranquilo.

11  Localiza las palabras del texto que corresponden a las siguientes definiciones:
a) Tablero de madera con alambres y bolas para aprender a contar.  (2.º párrafo).
b) Joven aprendiz de marinero que ayuda a la tripulación en sus faenas. (6.º párrafo).
c) Conjunto de territorios del otro lado de un mar o de un océano.  (8.º párrafo).


Reflexiona sobre el texto

12 Cada miembro de la tripulación de un barco tiene encomendada una tarea.
¿Qué importancia tiene el trabajo en equipo en un barco o en otras actividades? ¿Crees que en un equipo todos las tareas son importantes?

domingo, 17 de diciembre de 2017

El texto literario

El texto literario



El texto literario es una forma de expresión artística en la que el autor utiliza de manera especial la lengua, para crear belleza con las palabras, expresar sus sentimientos y reflejar un mundo de ficción o imaginario como si fuera real

El texto puede trasmitirse de forma oral o escrita, y componerse en verso o en prosa.
Los textos literarios utilizan diferentes recursos lingüísticos especiales para crear belleza con los palabras: por ejemplo, personificaciones ( las hojas se van...) , comparaciones ( como los pájaros) y repeticiones. 


Los géneros literarios son los grupos en los que se clasifican las obras literarias.
  • el género lírico agrupa las obras, generalmente compuestas en verso, en las que el escritor expresa sentimientos y emociones por medio de un lenguaje cuidado y bello, tratando de hacer revivir tales experiencias en los lectores
  • el género narrativo se caracteriza por la existencia de un narrador que cuenta una serie de acontecimientos que les suceden a unos personajes en un tiempo y un lugar determinados. Puede escribirse en prosa o en verso. Pertenecen a este género el cuento, la leyenda, la novela...
  • el género teatral o dramático está formado por obras dialogadas, concebidas para ser representadas en la escena por actores. Pertenecen a este género la comedia, el drama, la tragedia, el entremés....
  • los géneros literarios pretenden enseñar. Pertenecen a este género, por ejemplo, la fábula y el ensayo.


Pasos para crear un texto literario desde un texto teatral

  • Crear un narrador que vaya representado los personajes y decir dónde y cuándo ocurren los hechos.
  • utilizar verbos como dijo, preguntó, respondió...
  • Eliminar el nombre de los personajes en cada intervención
  • añadir comentarios que describan los gestos el tono de voz, y las actitudes

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